10 Rolas pa' Morir

Benvenuto, Caro Ciabeloèdio!

El orden de los factores, sí altera el producto —no moriría tan feliz—, así que va desde la primera hasta el majestuosísimo finale.

1. “Flamenco Sketches (take 1)”, de Miles —la participación de Bill Evans debe ser una de las evocaciones del cerrar de ojos más efectivo que he escuchado.


2. “Gymnopédie No. 1”, de Eric Satie, en versión de Yitkin Seow —lenta, alcanza niveles de ternura que, de otra forma, sólo encontraríamos en un mediodía tumbados en el pasto junto a ---- (pongan el nombre que más les convenga); jamás se siente trágico (como la de Reinbert de Leeuw).


3. “We Only Come Out at Night”, de los Smashing Pumpkins —Pollo encontró una alegoría de los sueños en la que bien podría ser la corona* del Mellon Collie and the Infinite Sadness. ‘And once again, you’ll pretend that there’s an end, that there’s an end to this begin. It will help you sleep at night, it will make it seem that right is always right, alright?’ Es una marcha genial, una rola de boyscouts o del tripulante de la barca de Caronte —imaginar esto último mientras la escucho es anticipar lo que ha de llegar algún día. Ya tengo mi óbolo en la boca (un varito, en realidad).


4. “Concierto para dos pianos, K 365/316a”, de Lobezno Amado. En especial por el segundo movimiento —en realidad es la única razón. Hay una especie de risita hacia el final de ese Andante —dura casi nueve minutos en la magnifiquérrima versión de Ashkenazy y Barenboim (no se imaginan qué clase de combinación de genios)—, una giggle sin tontería que puede hacerte recordar todo lo bello e imperecedero. O al menos eso entiendo.


5. “No Expectations”, de los Rolling Stones. Rola de desamor, pero sobre todo de despedida. El piano de Nicky Hopkins —otra evocación— recuerda el tren que se aleja, el avión que despega (ambos mencionados en la letra), el hombre caminando hacia lo inevitable —la destrucción o, simplemente, el fin.


6. “Concierto No. 3 de Brandemburgo” de Juan Sebastián Arroyo. Tenía que permitirme un momento de gloria previa, ¿no?


7. “Sloop John B”, de los Beach Boys. Si bien “Wouldn’t It Be Nice” es una rola con la que me habría gustado llegar al mundo (“Wouldn’t it be nice if we were older, then we wouldn’t have to wait so long’), esta es la pieza de despedida irónica y triste por antonomasia: “This is the worst trip I’ve ever been on”.


8. Disyuntiva: “On the nickel” o “I hope that I don’t fall in love with you”, ambas de Tom Waits. La primera, por recordar la pieza más triste del siglo XX con la que acaso me topé en esta vida; la segunda, porque sí y ya —tan dedicable y entrañable, no podría irme sin ella. Mejor esta última.


9. “Nessun dorma”, del Turandot Puchinesco. Si me tiro a dormir junto a una mujer que amo —o que simplemente estimo—, entonces quiero que sea con esta.


10. “Le Mer”, de Charles Trenet. Nomás pa’ saberme vivo un último instante y, a la vez, saber cuál es mi destino.

* Por corona no quiero decir que sea la mejor rola, sólo el momento más alto (a’i averigüen ustedes qué quise decir con esto).